Es una puta mierda si... pero tiene sus virtudes como todo en la vida...
Hace que aprecies mas los pequeños, pequeñísimos detalles, como el valor de una sonrisa, una mirada...
Aprendes a amar, a echar de menos realmente, a esperar por esa persona, a saber lo que realmente quieres o sientes.
Y yo sinceramente, ya no quiero nada, que no seas tú, no quiero otros labios, ni otros besos, ni otras miradas, ni otros abrazos, ni otros te quieros que no sean los tuyos. Que no te cambio por nada, ni por nadie.
¿Que siento? Que no puedo vivir sin él, que lo echo de menos a todas horas, me siento feliz, inmensamente feliz, pero a la vez triste, por no poder compartir más momentos a su lado. Pero una cosa esta clara, que cada momento es increíble, y que lo valoro como si fuera el último día en la vida que lo fuera a ver.
Y que no hay mayor regalo que un despertar a tu lado, un abrazo, una sonrisa, una mirada... un beso, un te quiero, porque mi mayor regalo es poder verte, sentirte, abrazarte, acariciarte, besarte, amarte...
Los mejores momentos que paso contigo y son los que más me gustan. Es un sentimiento que realmente, no sé como describirlo, si es orgullosa, felicidad, o no sé lo que es, cuando me llevas por la calle cogida de la mano, sin soltarme, haciéndome reír, o rabiar... pero siempre pendiente a mí.
Porque lo único que me consuela, es escuchar tu voz al otro lado del teléfono, escuchando mis días buenos, y los no tan buenos, y me encanta cuando me cuentas cosas con el más mínimo detalle, me da la sensación que lo vivo contigo.
Desde que te conocí sabia, que ibas a ser una persona importante en mi vida, pero jamás me imagine hasta este punto. Gracias por hacerme tan feliz, por ser como eres, y por quererme de la manera en que lo haces. Por demostrarme que no es un tu y yo, que es un nosotros, que lo que le pase al uno le afecta al otro, por esos ánimos siempre, porque no me fallas, y por todo eso te quiero para siempre aquí conmigo.