Sigo mi corazón y mi instinto, me importa como soy. Ahora soy esperanzas, alegrías, MIL EMOCIONES, desilusiones y tristeza, que me han hecho única. 

Odio las cosas a medias, o todo o nada, pero no a la mitad. Ya que puedo ser muy cariñosa si me lo propongo, pero también puedo ser muy borde con quien me lastima. Siempre lucho hasta el final por todo lo que me importa, incluso sabiendo que todo tiene fecha de caducidad.

Soy muy impulsiva, a veces me muevo por impulsos en cambio otras las pienso una y otra vez, quizá demasiado. Me gusta disfrutar de la compañía, la felicidad, las amigos que son mi segunda familia, me gustan los retos y las experiencias.

NO tengo miedo a la vida, de arriesgar, de equivocarme. La vida ya me ha golpeado muchas veces, ya es hora de golpearla YO A ELLA. La única opción es ser valiente, nunca tirar la toalla y aprender de las lecciones de la vida a base de lágrimas, impulsos, lo que sea... pero vivir cada día cómo si fuera el último.

Si alguien me decepciona, me lastima o traiciona mi confianza, por más que me duela, no dudo en desconfiar en él, aunque más tarde o más temprano siempre termino perdonando.


La mayoría de la gente que me conoce dice que mi forma de ser es extraña, loca y que soy alguien que le encantan los dramas. Lo que no entienden, es que la vida es muy corta, que no siempre nos presenta segundas oportunidades, que yo vine a vivir y disfrutar la vida a mi manera.

No todos entienden que los golpes y las caídas son una forma de aprender y seguir adelante aunque esos golpes no estén en mi mano y no pueda controlarles..

He caído, llorado y sufrido, tan intensamente, que no salgo ilesa, quedan cicatrices para el recuerdo, es imposible que no queden. Por lo que prefiero ir orgullosa llena de cicatrices, porque ellas me han enseñado varios palos que me dan fuerzas para seguir adelante.