La vida es ya.
Sí, ya.
Es el sonido de la aguja del reloj, el parpadeo de tus pestañas y el sonido del silencio cuando te olvidas de las palabras. La vida es ya porque si fuera después, no llegaría nunca.
Y es que erróneamente nos hemos creído con la obligación de tener que correr tras ella.
Y es que mientras fantaseas con el beso de su boca estás perdiéndote su sonrisa.
Que mientras imaginas tu propia familia estás ignorando el leve roce de sus manos sobre las tuyas. Que mientras vas marcando fechas en tu calendario, subestimas el poder de un cruce en un día cualquiera.
El poder de un accidente donde los únicos daños, es una corrección gratuita de tanta miopía. La misma que te impide apreciar los detalles,que alguien, cada día, no se cansa de dibujarlos.
Que lo único que con seguridad no podrás volver a repetir es este momento en estas mismas circunstancias.
Que son instantes de un solo uso que caducarán en el mismo momento en el que los trates de reciclar.
Así que despierta. Porque aunque puede que no sea el mejor, será irrepetible. Y puede que en alguno de estos en los que "tan solo" estés sintiendo, vivas uno de los mejores momentos de tu vida.
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