Quiérete mucho.
Pero, sobre todo, quiérete bien.
Quiérete día sí y día también. Incluso esos días en los que no te apetece....
Pero no pasa nada. Quiérete. Y que te quieran con todo.
Con tus virtudes y tus defectos. Con tus más y con tus menos.
No aceptes menos.
Quiérete desde que te levantes hasta que te acuestes, independientemente del pie con el que lo hagas. Quiérete con ganas, con fuerza, con ilusión y con esperanza. Y que no se te escape. Nada.
Quiérete como si fuese el último día que vas a pasar contigo misma. Quiérete en días nublados y lluviosos, y en esos en los que el sol ilumina tu piel. Quiérete con tu mejor sonrisa, con tu mirada más profunda...
Quiérete por fuera, ponte guapa, cuídate. Pero, sobre todo, quiérete por dentro.
Quiérete bien. Y sólo acepta a quien te quiera de la misma forma.
Quiérete bien. Y sólo acepta a quien te quiera de la misma forma.
Quiérete, primero, a ti. Y segundo, a ti. Por si acaso.
Y por último,
porque para querer mucho y quererse bien,
hay que saber muy bien antes lo que no se quiere.
No hay comentarios:
Publicar un comentario